La pandemia ha cambiado nuestro día a día, y nos hemos tenido que adaptar a una emergencia sanitaria en muy poco tiempo. La gran mayoría de personas ha tenido que recurrir a una prueba para detectar el COVID-19 por su seguridad y los de su entorno.

Y no solo eso, sino que con la llegada del verano, muchas zonas vacacionales requieren una prueba de COVID-19 para poder acceder al territorio. Hay una gran variedad de pruebas a las que podemos acceder, pero las más conocidas y popularmente usadas son la Prueba PCR y el Test de Antígenos.

Pero, ¿cuál es la más adecuada para nuestra situación?

La Prueba PCR, también conocida como la prueba de Reacción en Cadena de la Polimersa, fue la primera prueba del COVID-19 que se desarrolló que permitía detectar el virus y evitar la propagación del contagio. Este sistema es un test que conlleva el análisis en laboratorio de una muestra biológica obtenida por vía nasal o a través de la garganta. Se ha demostrado que este tipo de prueba para el COVID-19 tiene la mayor sensibilidad y fiabilidad, con una eficiencia de casi el 100%.

Con esta prueba para el COVID-19, es posible una detección temprana del virus, ya que no hay necesidad de presentar síntomas para realizar la prueba.

Otra prueba del COVID-19 que también ha sido muy utilizada para evitar su propagación es el Test de Antígenos. Tiene el mismo procedimiento de extracción que la PCR, mediante las fosas nasales o la garganta, pero su análisis es mucho más sencillo y rápido ya que no hay necesidad de trasladar la muestra a un laboratorio. Gracias a que el análisis de la muestra si realiza in situ, obtenemos los resultados de forma inmediata.

Para detectar el virus, se toma la muestra y se mezcla con un reactivo que promueve la liberación de proteínas virales en el COVID-19. Esta solución se coloca sobre una tira de papel que contiene anticuerpos, y se une a estas proteínas. Si se produce una reacción tras 15 minutos, se puede determinar si el paciente es positivo o negativo. Por lo tanto, se trata de una prueba para el COVID-19 que tiene mayor eficacia en el momento de más carga viral, con el inicio de los síntomas, cuando la enfermedad es más contagiosa.

Por tanto, según las necesidades que tengas y la situación en la que te encuentres, te aconsejaremos una prueba del COVID-19 adecuada para ti. Para hacerte una idea, te destacamos las principales diferencias entre la PCR y el Test de Antígenos, y de esta forma, puedas comprender la utilidad de cada una de las pruebas.

1. Plazos de tiempo para obtener resultados: como ya hemos comentado, la PCR es un método más complicado, y por lo tanto, su proceso puede ser un poco más largo. En Policlínica del Río-Hortega obtenemos los resultados de las pruebas PCR de 12/24 horas gracias a la colaboración con los Laboratorios de los Hospitales IMED. Sin embargo, los Test Antígenos son capaces de darnos una respuesta clara de forma inmediata tras la realización de la prueba.
2. Sensibilidad a los síntomas: mientras que con el Test de Antígenos, los resultados son fiables solo al realizar la prueba en pacientes con síntomas, la PCR es capaz de detectar el virus en las primeras etapas del contagio, sin necesidad de presencia de sintomatología.
3. Eficacia: la PCR tiene una mayor fiabilidad entre las pruebas para el COVID-19 , ya que detecta cargas virales no contagiosas. Pero no queremos decir que el test de antígenos no sea eficaz o que sus resultados no tengan validez, ya que su fiabilidad también es muy alta. Sin embargo, la PCR es capaz de detectar el virus de forma más temprana, evitando la propagación.

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En Policlínica del Río-Hortega te lo ponemos muy fácil. Ahora, puedes tanto reservar tu cita como pagar tu prueba COVID-19 de forma on line. De esta forma, tan sólo tendrás que preocuparte de llegar a la hora escogida a nuestra Clínica en Santa Pola, realizar tu Test seleccionado y esperar a que te enviemos los resultados a tu correo electrónico. ¡Así de sencillo!