Podología: ¡mejor prevenir que curar! (1ª parte)
El cuidado de los pies o podología (esencial para la prevención de infecciones y otras dolencias) es sencillo y no supone ningún esfuerzo o cambio en nuestro día a día. Si todos estuviéramos más concienciados con ello, sería menos probable contagiarnos de papilomas (verrugas plantares) u hongos, al igual que tendríamos menos dolores en espalda y menos desgaste en articulaciones del miembro inferior (caderas, rodillas, tobillos, pies) que a la larga sí suponen un cambio a mal en nuestra vida.
Os dejamos parte de una serie de consejos prácticos y fáciles de seguir para mejorar la salud de nuestros pies.
¡Infórmate bien sobre tus pies!
Este es el primer y mejor consejo que os podemos dar.
Nunca salgas de la consulta de podología sin haber entendido bien qué te ocurre y qué opciones hay de tratamiento. El conocimiento es poder. ¿Te lo han explicado y sigues sin entenderlo? Pide que te lo expliquemos de una manera más sencilla. Muchas veces los profesionales sanitarios olvidamos usar un lenguaje cercano y toda la intención que tengamos de concienciar al paciente se queda en nada. Cuanto más sepas tú, mejor llevarás el tratamiento y más eficaz será nuestro trabajo, tanto en la especialidad de la podología como en cualquier otra sanitaria.
Lávate a diario los pies.
Mantener una buena higiene en los pies es esencial para evitar malos olores y posibles infecciones debido a la acumulación de restos de piel muerta bajo las uñas o entre los dedos. LO MÁS IMPORTANTE es secárselos bien. Dejar humedad en los espacios de los dedos lleva a maceración y esto a mal olor. También hay que saber que los hongos y diversas bacterias sobreviven en ambientes húmedos, de ahí la importancia de este paso. Si no llegamos bien a los huecos, recomendamos secarlos con un secador a temperatura media para no quemarnos.
Utiliza con regularidad un desodorante para pies.
El uso de desodorantes (en polvo mejor) previene el exceso de humedad y mal olor. Si tienes una sudoración media-normal, notas que te huelen, aplícalo una vez a la semana dentro del calzado. Si tu sudoración es excesiva, aplícalo una vez a la semana en el calzado y cada día después de la ducha entre tus pies y los calcetines. La diferencia entre usarlos y no, es muy notable y rápida.
¿Tienes grietas en los talones? Hidratación, retirada del exceso de piel, hidratación, hidratación!
Las grietas hacen que seamos propensos a sufrir más dolor en el talón de lo normal, ya que se abren, duelen y hasta escuecen. La hidratación con cremas de urea al 10% (la urea en bajo porcentaje hidrata mucho) y la retirada del exceso de piel cada día en casa con una piedra pómez o lima normal para pies harán que vuelvan a tener un aspecto normal.
Si quieres notar la mejoría antes y con más efectividad, acude a la consulta de podología para que retiren la piel dura con bisturí y maquinaria adecuada para ello. Consulta a tu profesional de confianza sobre las curas oclusivas.
OJO! Nunca pongas crema entre los dedos de los pies. Se macera y provoca mal olor, además de propiciar un ambiente húmedo perfecto para atraer hongos!
Usa medias o calcetines de tejidos naturales.
Es recomendable evitar fibras sintéticas. Usar calcetines de algodón si te gusta dar largas caminatas nos hará sentir más cómodos después de un rato de paseo, ya que reduce el roce y no nos hace sudar tanto como las fibras sintéticas porque tiene mejor transpiración.
Esto es todo por hoy. Ya tenemos preparada la continuación de los consejos y estamos deseando que los leáis, porque como siempre nos recalca nuestra podóloga, lo más importante para que todo funcione es estar bien informados. Puedes consultar los precios aquí.
‘‘Sólo te daré un beso, comenzaré en tus pies y terminaré en la eternidad’’ (Danns Vega).